A 20 años... Doña Ernestina aun requiere operación

Doña Ernestina perdió el día de la explosión a su esposo Socorro Caracheo Pérez y a su pequeño hijo de 6 años Juan Caracheo Lizardi.

“A mí no se me olvida nada. Cuando fue la primera explosión yo y mi niño andaba por aquí y mi esposo andaba en la dulcería, cuando yo de pronto vi humo de aquí, puro humo negro, negro, de pronto me quitó mi niño, ya no lo traía en la mano, yo no podía pararme después de la primera explosión y con la segunda explosión estaba con mi esposo pero ya no supe nada”.

Doña Ernestina despertó en un hospital con múltiples lesiones y sin familia. Además quedó en el desamparo, sin casa, sin sustento y sin posibilidades de trabajar por las múltiples lesiones.

Tan sólo en el brazo izquierdo requirió más de 30 cirugías. Actualmente le urge una operación de rodilla para que pueda volver a caminar.

“Mi pendiente es mi prótesis de rodilla, ya tengo, ya desde el año pasado me habían internado en San José Iturbide que ya me la iban a poner, tenía dos días internada y me dijeron que siempre no porque no llegó el material completo que el doctor ocupaba y después me dijeron que la prótesis costaba medio millón y me dijo Fabiola (trabajadora de la Secretaría Particular de Celaya) que sí, que iban a juntar, pero hasta ahorita no sé. Van a ver de presidencia, pero yo no puedo ir a la presidencia porque no me puedo mover”.

Además requiere de un aparato auditivo ya que por la explosión ha ido perdiendo sus posibilidades auditivas.

Doña Ernestina Lizardi vive en la colonia Santa María en la calle Juventino número 102. Su teléfono para las personas que deseen ayudarla es el 461-149-8204.

Actualmente sobrevive gracias al auxilio que le da una de sus primas, también ya de edad mayor.

“Ahí mi prima es la que me apoya. Ha sido muy complicado porque no puedo caminar, Ni siquiera ir al baño puedo con eso le digo todo”, expresó.