Moscú.- Apenas veinticuatro horas después de que el
presidente Vladimir Putin pidiera no sacar conclusiones precipitadas acerca de
la tragedia ocurrida casi tres semanas antes en Egipto–, el Kremlin reconoció
este martes que el avión de pasajeros ruso, con 224 personas a bordo, se
estrelló en la península de Sinaí al desintegrarse en el aire debido a un
atentado terrorista.
Putin, en consecuencia, ordenó a la aviación rusa
intensificar los bombardeos en Siria para que “los terroristas entiendan que la
venganza es inevitable”.
Poco tardó en reportar el ministro de Defensa, Serguei
Shoigu, que se llevó a cabo un ataque masivo en la provincia siria de Raqqa,
feudo del grupo radical que se hace llamar Estado Islámico (EI), en el cual
participaron por vez primera bombarderos estratégicos Tu-160, Tu-95 y Tu-22,
que lanzaron bombas y 34 misiles crucero de largo alcance.
“El asesinato de nuestra gente en el Sinaí no es el primer
atentado que sufre Rusia, pero sí puede considerarse uno de los crímenes más
sangrientos por número de víctimas. Y no vamos a secar las lágrimas de nuestras
almas y corazones. Esto quedará para siempre con nosotros. Pero ello no
impedirá encontrar y castigar a los culpables”, prometió Putin.
Rusia, más temprano o más tarde, matará a los responsables
de este crimen que “jamás prescribirá, estén donde estén y en cualquier rincón
del mundo”, advirtió el mandatario.
La confirmación oficial –que, con base en todos los
indicios, llevaba días apuntando como sospecha más verosímil hacia el estallido
de una bomba, ataque que por otro lado reivindicó el grupo islamita radical
Estado Islámico en represalia por los bombardeos de la aviación rusa en Siria–,
llegó por boca de Aleksandr Bortnikov, titular del Servicio Federal de
Seguridad (FSB, siglas en ruso de la dependencia sucesora del KGB soviético).
Durante una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia
convocada por Putin –de acuerdo con los extractos transmitidos hoy por la
televisión pública local–, Bortnikov afirmó:
“Tras analizar los cuerpos recuperados, el equipaje y partes
del avión, nuestros expertos encontraron residuos de un explosivo de
fabricación extranjera. Esto nos permite concluir que el siniestro se debió a
la explosión de un artefacto de aproximadamente un kilogramo de TNT, que
destrozó el avión en el aire, lo cual explica que fragmentos del fuselaje hayan
aparecido en una extensa área”.
Contundente, la conclusión del director del FSB: “Sin lugar
a la menor duda, se trató de un atentado terrorista”.
Al respecto, conforme a un desplegado en su página web, el
FSB ofrece desde hoy una recompensa de 50 millones de dólares a quién
proporcione información sobre los implicados en la autoría del atentado.
"Todos aquellos que intenten ayudar a los criminales
deben saber que se convierten en cómplices y recaerán por completo sobre ellos
las consecuencias de intentarlo”, amenazó el presidente de Rusia, al tiempo que
encomendó a las respectivas dependencias –el propio FSB, así como Relaciones
Exteriores y Defensa– , coordinar de modo más estrecho el combate contra el
Estado Islámico con Francia, que sufrió el pasado viernes un cruento atentado
múltiple en París.
Según informó el Kremlin, en conversación telefónica
sostenida hoy, Putin acordó con su colega francés, Francois Hollande, coordinar
las acciones militares en Siria contra el EI, un enemigo común, en tanto los
presidentes de Rusia y de Francia intentarán definir en Moscú los parámetros de
la cooperación contra el terrorismo yihadista el próximo 26 de noviembre,
después de que el titular del Elíseo se reúna con el presidente de EU, Barack
Obama.
No es claro si la nueva coyuntura puede propiciar la
creación de una amplia coalición contra el EI, bajo mandato de Naciones Unidas,
o al menos un acercamiento entre Moscú y Washington que relegué a segundo plano
sus diferencias de fondo (escudo antimisiles, Ucrania, etc.).
Por un lado, la tardía confirmación rusa de que el avión se
estrelló por un atentado terrorista puede ser casual o no, pero se inscribe “en
la tendencia de los últimos días”, considera Fiodr Lukianov, analista del
Consejo de política exterior y de defensa, organismo consultivo del Kremlin.
“El hecho de que Rusia y Francia fueron víctimas de un mismo
grupo hace más convincente que el combate contra el EI debe formar parte del
orden del día”, insiste Lukianov.
Pero por otro lado, Rusia, en palabras de su canciller,
Serguei Lavrov, tiene la impresión de que la coalición internacional,
encabezada por Estados Unidos, que lucha contra el EI en realidad no sabe lo
que quiere, por cuanto parece que no desea golpear ahí donde podría beneficiar
a las tropas de Bashar el Assad.
“El análisis de los ataques que realizó (Estados Unidos)
durante este año contra posiciones terroristas permiten sacar la conclusión de
que siempre fueron muy selectivos y yo diría que nunca se plantearon afectar
las unidades del EI que podían replegar seriamente las tropas gubernamentales”,
sostiene Lavrov.
Para él es claro que “estamos ante un juego muy peligroso,
en que al mismo tiempo se quiere debilitar a Assad para que se vaya, sin
fortalecer demasiado al EI para que tome el poder”.
Mientras tanto en Moscú, Vladimir Kolokovtsev, ministro del
Interior, anunció hoy que dio instrucciones de reforzar la seguridad en los
lugares públicos y concurridos, así como de colaborar con el FSB, para evitar
atentados terroristas, después de que en la capital rusa por cuarto día
consecutivo se desocupan de urgencia edificios –el hotel Cosmos, un centro
comercial, la estación Smolenskaya del Metro, una estación de trenes, entre
otros– por amenaza de bomba.
INFORMACIÓN. jornada.unam.mx
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