Festeja 50 años de sacerdocio

Acámbaro, Gto.- Con una celebración litúrgica concelebra en la Explanada del Atrio Parroquial en honor a San Francisco de Asís, y a donde asistieron miles de feligreses católicos, se celebraron la Bodas de Oro Sacerdotales de Fray Genaro Mújica Quintero, quien este año cumple 50 años como sacerdote de la Orden Franciscana.

El Presidente Municipal, Gerardo Javier Alcántar Saucedo, así como cientos de feligreses se unieron a la celebración de las Bodas de Oro Sacerdotales, de Fray Genaro Mújica, reconociendo en él a la figura de líder espiritual, para inducir a las personas hacia la fe católica y el amor a Cristo; esto  durante los dos periodos que fungió como Señor Cura de la Parroquia de San Francisco de Asís, en Acámbaro; la primera en la década de los años 70; y la segunda entre el 2005 y 2008.

Dentro de la celebración religiosa, acompañaron al sacerdote homenajeado, otros sacerdotes, que se integran al júbilo de los feligreses, para festejar y reconocer la trayectoria sacerdotal de Fray Genaro Múgica; los sacerdotes que asistieron como invitados son: Fray Reynaldo Hernández González, Fray Heriberto Rodríguez Falcón y Fray Oscar Gómez Padilla; todos pertenecientes la Orden Franciscana; sin poder faltar en este acto conmemorativos Fray Jorge Aguilar Padilla, actual Señor Cura de la Parroquia de San Francisco de Asís en Acámbaro.

Por su parte Fray Genaro Mújica Quintero, se manifestó emocionado y conmovido por estas muestras de cariño, de parte de la comunidad católica del municipio de Acámbaro.

“Yo siempre los recuerdo con mucho cariño y estimación, a todos y cada uno de ustedes; Acámbaro fue para mí, en las dos ocasiones en que estuve como párroco, un lugar que me hacía sentir como un acambarense que quiere y ama a esta tierra, es por eso, que en mi estancia por esta hermosa ciudad, busque siempre promover proyectos para el beneficio de su gente a la que yo quiero y estimo mucho”.

Al término de la ceremonia religiosa se llevó a cabo una gran recepción, donde feligreses convivieron con el sacerdote, compartiendo el pan y la sal, recordando viejas anécdotas, donde el ambiente fue cordial, lleno de alegría y música entre todos los asistentes.