Sin cifras contundentes en seguridad

Aunque no pudo aportar cifras "contundentes" o mínimo reducción significativa en algún delito a lo largo de su gestión, el funcionario si fue claro en decir que "en próximos días estará definiendo el destino de Juan José", además de que estaba dispuesto a  escuchar ofertas de trabajo en todos lados.

Asímismo, dejó entrever que su destino podría encontrarse en otro municipio o incluso en las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, aunque luego reculó y nuevamente reiteró que "estaba enfocado en terminar bien la administración municipal, y pondrá todo su empeño para cerrar de la mejor forma".

Durante su estadía en el municipio, Juan José González, fue reiterativo en la implementación de "operativos" que no dieron resultados a la ciudadanía, siendo "la cereza del pastel" el operativo Celaya Seguro, el cual fue evidenciado en días previos a los festejos de independencia, cuando a menos de dos horas de que "el brazo armado" de militares, en compañía  de policías federales y municipales, " posara para la foto en el jardín principal, se dio un violento robo y tiroteo en una joyería situada a  menos de una cuadra de presidencia municipal.

Este fue el segundo robo y tiroteo en poco menos de 12 días a la misma joyería, sin que el "jerarca policiaco" pudiera poner en orden las cosas.

A estos operativos, y dentro de "los logros obtenidos" por el secretario, se sumó el paro laboral de policías para "quitarle el poder" al director de Policía Municipal, sobre quien aún pesan dos investigaciones, una de ellas por acoso sexual, y de las cuales no se conocerá el resultado, al menos en esta administración, los incidentes de violencia  y fricciones entre policías municipales con soldados y policías federales, la ejecución del comandante operativo de la Policía Municipal, la ejecución de un regidor del Ayuntamiento, la nula producción de "nuevos policías" en INFOPOL, ya que se graduaron menos de 100 cadetes y se fueron más de 150 policías que estaban en activo,  así como la detención de dos policías municipales cuando "custodiaban" a un tráiler con huachicoleros, entre otras historias "dignas de recordarse, y que quedarán escritas en letras de oro dentro de la historia del municipio".

Los excesos también  fueron una constante del secretario, entre ellos "las visitas guiadas con todo y comida al C4" como si fuera un parque de diversiones y no un complejo de seguridad, el excesivo  número de escoltas que lo acompañaba, y el capricho de viajar  en una camioneta de valor millonario, solo son parte de la larga cadena de "gustos que se dió despachandose con la cuchara grande" el secretario, mientras le permitieron vivir como si fuese un acaudalado empresario.

El alza en ejecuciones, ya no sólo en "zonas inseguras" sino en cualquier parte de la  ciudad, el incremento de robo a negocios, a casas, a transeúntes, a estudiantes, a cuentahabientes, de vehículos, y hasta de tapas de alcantarillas, son parte de los problemas que nunca pudo resolver el secretario, pero desde su llegada, hasta las últimas entrevistas concedidas, a manera de consuelo siempre justificó su "buen trabajo" en  cifras donde de hablaba de bajas porcentuales no significativas aportadas por autoridades federales, seguro de un gastado discurso donde hacía un "acto de introspección donde reconocía que faltaba mucho, pero iban por el camino correcto".

En la oficina de Juan José González, ya se escuchan las golondrinas, pero  para el secretario este último año seguramente fue toda "aventura", donde "prácticamente  le pagaron un sueldazo por venir a vacacionar  a Celaya", donde nadie pudo evaluar su trabajo, donde los malos resultados no fueron un causal para que se tuviera mano dura, la constante  únicamente fue cobrar un jugoso sueldo sin remordimientos por lo que no se hizo, sin temor a ser señalado por la ciudadanía, sin el mínimo grado de valor cívico para reconocer que pudo haber hecho algo por Celaya, y prefirió darse una vida que ya quisieran muchos empresarios, pero "con dinero del pueblo".

Aún así, y con todo lo antes dicho, esta mañana al terminar los honores a la bandera, se le preguntó al secretario sobre si tenía alguna deuda con el municipio, a lo que este únicamente contestó  que "aún no le debía nada a nadie" y luego se retiró esbosando una sonrisa.