Lo que viene siendo

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Reportero A7 | 23 de Octubre de 2014 a las 14:52

Cátulo I



Hay quien dice, dentro y fuera del cabildo de Cajetitlán, que la justa por la silla en 2015 ya es queso cuajado, que Bribiesca es el elegido por el Olimpo y su pecho será tricolor, así dicen las pitonisas de escritorio.



Otros nigromantes de pasillo se atreven a ponerle la bandera azul al hijo inmaculado de Martita, y alegan que nada está escrito en el bando de la coalición PRI-PANAL, ahora que los ecologistas se bajaron del carro en un arrebato por tener la independencia con la que no nacieron y de la cual tampoco parecen entender para qué sirve.



Suena en otros teléfonos que el goldenboy arriba mencionado hace días se reunió con altos mandos del blanquiazul a nivel nacional, quienes ya le han de haber medido el rating, “ya le arrimaron el caballo” que le dicen, y le piden que se quede en el bando pitufo, por ahora, por las buenas.



Zafios y zorros ya salivan y frotan sus manos por igual, y mientras unos le intentan poner nombre y apellido al futuro, nadie se atreve a ponerle la cola al burro del presente: la federación.



Hay pocos municipios en este país que estén siendo tan ahorcados por este orden de gobierno, quizá porque quedan pocos municipios de importancia que domine un partido diferente al de Peña. Mr. “P”. 



Celaya ya no siente lo duro sino lo tupido que le pega Mr. “P”, y lo que se le ponga enfrente: sedesol, conagua, CFE, cualquiera, parece tener el encargo obligado de decirle que sí a Celaya, con una sonrisa olímpica, pero sin decirle cuando.



Como dicen en el argot carcelario cuando alguien se aguanta la verdad hasta las últimas consecuencias, Celaya “se la traga toda”: si la elección en puerta fuera federal, no habría miedo que causara este lamentable (y para muchos, conveniente) silencio que obliga a decir que todo es armonía, pero es intermedia y el vecino incómodo de arriba va a seguir ahí otro rato, “rato”, en la más ingenua de sus acepciones.



Mientras el juicio final llega, la vida no se detiene y de algo hay qué vivir, con algo hay qué soñar, por eso en lo que son peras o son manzanas, suena el río con que el síndico Eduardo Guillén ya fue y vino a la parcela. Resulta que es “lo que viene siendo” así como... el Juan Osorio local, y ya le hace al manager y a la armada de bailes cumbiancheros.



¿Cuál comisión da los permisos de los bailongos? Pues la de Gobierno y Reglamentos ¿Y quién la preside? Pues Guillén. ¡Sabor! 



“El amigo de las estrellas” es prevenido ante el panorama incierto, ahora que junto con la bancada azul se brincó a Pepe Mendoza al decirle sí a esa deuda que nadie comprende y nadie explica, salvo con balbuceos, retruécanos y verbos acróbatas de todos los precios.



A diferencia de Ismael Pérez en todos los actos cívicos, Mendoza y quienes lo secunden “no están muy contentos” con el numerito cabildero, y les ha puesto por ello a los ediles calificativos de todo tipo, pasando el tren por palabras como “chicharrón”, “perro” y “longaniza”.  El nivel ante todo.



La deuda de 650 millones de pesos que aprobó el Ayuntamiento hace más de un mes ya es “uno solo” con el asunto electoral. ¿Se puede corregir esto, señor cirujano? Por supuesto que no, estos  siameses comparten un mismo corazón. 



“Alea jacta est”, habría dicho Julio César.



Saludos, indiscreciones, improperios, denuncias y comentarios, a su vera en osdareporel@gmail.com

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