La noticia cambia el valor prevalece

El destino de uno de los héroes: El Güero

CELAYA

Arlett Cárdenas | 27 de Septiembre de 2019 a las 08:58

Celaya, Gto. - Aunque en las diversas crónicas de la tragedia del 26 de septiembre de 1999, el “Güero” Francisco Javier Ramírez Sánchez aparece como víctima, lo cierto es que antes fue un héroe.

Cuando estallaron 4 toneladas de pólvora almacenadas de forma ilegal en la Abarrotera Celaya de Antonio Plaza, el Güero tenía minutos de haber dejado el tianguis de los domingos, donde compró ropa para un jaripeo.

Su casa estaba a unos 100 metros del sitio de la explosión, en la misma calle y en lugar de dirigirse para allá se fue al local siniestrado, a sacar gente herida y ponerla a salvo.

Había llevado a un lugar seguro a un niño y una mujer cuándo regresó por una persona más, ahí lo tomó por sorpresa la segunda explosión y le arrebató su par de pies. Tan sólo era un joven de 20 años.

La fotografía de Paulo César Campa Dolate, de un hombre de tez blanca con las piernas cercenadas, cargado por otros dos hombres, dio la vuelta al mundo. Cruda pero al fin reflejo fiel de la magnitud de la tragedia.

En los primeros años, el Güero, recibió algunos apoyos, sobre todo médicos y de trabajo. Pero estos 20 años desde que la tragedia marcó su destino también han sido de luchar por su vida y la de su familia.

“Cuando llega este día son puros recuerdos, recuerdos de lo que pasó aquí. No me gusta recordar lo que viví aquí. Yo estaba sacando gente, saqué a una señora y a un niño, ya no alcancé a sacar a otra persona, ya no alcancé”.

“Fui a comprar un pantalón y un sombrero para ir al jaripeo, y el lugar de la explosión estaba en la pasada porque yo vivía a 100 metros, vimos lo que estaba pasando y yo me regresé a sacar a una señora y un niño y la tercera que iba sacar un muchacho pero ya no alcancé, fue la segunda explosión que me dañó, yo escuché que dijeron cúbranse, después de ahí no recordé nada hasta que desperté en el seguro (IMSS)”.

En las fotografías el Güero se observa consciente, pero realmente estaba en shock por las lesiones de la explosión.

“No recuerdo nada, hasta que vi la foto como me llevaban cargado, no escuchaba nada y no veía nada. Hasta los dos días empecé a ver y escuchar. Cuando desperté en el hospital pensé muchas cosas, que para qué sirve uno cuando se queda sin un miembro, se me cerró el mundo”.

“Hasta la fecha se me ha complicado mucho, pero también qué hace, vas a presidencia, pides el apoyo y nada más te traen a vueltas y vueltas, y yo creo que no es justo”.

El Güero usa unas prótesis desde hace 12 años que ya le lastiman. Las ha remendado con silicón.

“Una vez el municipio nos dio unas prótesis pero no nos sirvieron porque estaban muy pesadas. Las que uso están muy deteriorados los silicones, yo los he remendado con silicón automotriz para salir a trabajar. Me sacan ampollas, yagas y me duelen mucho las rodillas porque ya no están en buenas condiciones para poder yo desplazarme y tampoco ya no puedo caminar muy bien y ando con la inseguridad de caerme”.

Francisco Javier Ramírez Sánchez es el sustento de su familia, de su esposa y sus seis hijos.

“Nadie va a llegar a decirme ten para que le des a tu familia, yo salgo a batallarle. Estuve 3 años y 8 meses en la Coca Cola, me pagaron rehabilitación, me hicieron un estudio bien en México y me hicieron mis prótesis y yo les agradezco mucho que me hayan echado la mano”.

Cuando la empresa cambió de dueños Javier renunció y desde entonces, hace ya más de 16 años se dedica a la mecánica ayuntando en el negocio de su papá.

“Son 20 años de sufrimiento, de batallar, las cosas no son tan fáciles”.

El Güero lamenta que en la actualidad pese a que está prohibido sobren lugares para conseguir cohetes y peor aún que las personas mayores permiten que los niños usen algunos artefactos incluso de alto riesgo.

Espera que la autoridad municipal le apoye para que pueda tener unas prótesis dignas.

“Que me echen la mano con lo de mis prótesis porque en realidad que se pusieran en el zapato de uno para que vean como le batalla uno y como le sufre”.

Por mucho tiempo se dijo que el Güero fue beneficiado incluso con una casa, pero él explicó que el trámite jamás se realizó porque había otra persona con su mismo nombre que ya tenía casa, motivo por el que al final se la negaron. Vive al día, pagando renta y saliendo a trabajar para sacar adelante a su familia.