Desaparecido joven de 14 años

“Hola mi nombre es Karla Johanna Molina soy madre de Elliot Janick Barrios. Niño desaparecido desde el día 22 de marzo”, así comienda el texto de la madre de este menor de 14 años desaparecido desde el viernes.

La primera noticia que llegó a Karla fue que su hijo había muerto en el ataque de la colonia Tresguerras donde 3 personas perdieron la vida la tarde del sábado.

Pero al acudir al Servicio Médico Forense le informaron que ya habían entregado los cuerpos y que ninguno correspondía a las características de su hijo.

El luto cambio por desesperación cuando al buscar en hospitales, y toda clase de lugares posibles no dio con el paradero del menor.

Han pasado 4 días desde que al menor se le vió por última vez. Elliot es sobrino de uno de los hombres asesinados en la colonia Tresguerras.

Ante la desesperación de pensar que pueda estar sufriendo, Karla se ofrece a cambio de su hijo.

“A todas las personas que tengo de contacto les pido que compartan esta publicación pues me encuentro desesperada por encontrar y saber de mí hijo, la verdad es una tortura pensar que pueden lastimar a mí hijo o que yace en un lugar peor, les pido que hagan viral este publicado porqué deseo llegar a los que se llevaron a mí hijo que me digan dónde está mi bebé para ir por él, que me den una pista o si aún está con vida cambiar su lugar por el mío, amó a mis hijos por sobre todas las cosas y estoy dispuesta a ser yo quien esté en su lugar, pero por favor regrésenme a mi niño por favor se los ruego tengan piedad de él”, clama la madre.

Karla incluso hizo público su número celular para que puedan localizarla.

“Yo prometo no hacer nada, solo a esas personas que tomaron a mi hijo y se lo llevaron pónganse en mí lugar ustedes tienen hijos, hermanos familia que quieren tengan piedad de él, de mí y díganme dónde encontrar a mí hijo, estoy dispuesta a todo pero regrésenme a mi bebé. Este es mi número donde me pueden localizar 461-378-5100”.

Es el texto que publicó en redes sociales donde también ha escrito el calvario que significa tener a un hijo desaparecido.

“Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir, es mirar sin ver, hablar con desdén, escuchar pero no oír, es sonreír vacía por dentro... Es un dolor tan grande, tan lacerante, que a veces duele todo el cuerpo, duele los sueños y las ganas, duelen las lágrimas caídas y el llanto ahogado”.

“Es decir que uno está bien, sin siquiera pensarlo; porque a pesar de esa pérdida uno debe seguir saludando, siendo políticamente correcto, hay que limpiar, trabajar, cambiar las sábanas de las camas, MENOS LAS DE ESE HIJO QUE YA NO ESTÁ...La muerte de un hijo, te mata lentamente, es el castigo menos pensado y la sorpresa más dura del mundo.

Todo lo cotidiano es más difícil de hacer, la rutina pesa toneladas y la muerte te mira de frente sabiendo que ya no le temes... Esto es algo de lo que se siente cuando un hijo cruza el puente antes que uno”.