"Con el agua al cuello" afectados en La Luz

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Arlett Cárdenas | 12 de Julio de 2018 a las 21:09

“3 mil pesos para que mi hijo no pierda el semestre”… pide madre afectada por las inundaciones en la luz


Celaya, Gto.- El desborde del Río Laja no sólo inundó la casa de la señora Teresa López Martínez, la tiene como dice la frase “con el agua al cuello”, porque agravó tanto su crisis económica al grado de que está en riesgo de que su hijo menor no pueda seguir estudiando su carrera profesional.



Cuatro meses antes de las inundaciones el esposo de Doña Teresa sufrió un grave accidente y se endeudaron con más de 200 mil pesos.



Con las lluvias perdieron sus fuentes de ingresos: un borrego cemental y 5 borregas, un becerro, y sus máquinas de coser.



Además el agua sucia afectó su refrigerador, la estufa, los trastes, los colchones, la ropa y aunque algunos muebles los subieron a sillas y mesas no se salvaron, fue más fuerte la fuerza del agua, todo terminó nadando por al menos 5 días.



“El agua subió más de un metro, todo se cayó y se mojó, tiramos los colchones, lavamos las bases pero están todas despegadas, nuestras cosas estuvieron entre agua alrededor de 5 días, todo se perdió”.



Doña Teresa tuvo que salir de su casa en la calle Juventino Rosas Nó. 24 de la comunidad de La Luz con sus 2 hijos y su esposo enfermo con fractura de cervicales.



A su regreso la escena era deprimente, todas sus cosas cubiertas de lodo. Gastó 50 pesos cada vez que quería llenar de agua los dos tambos que consiguió.



“Hasta ahorita nada más nos dieron una despensa ahí venía una escoba, un recogedor y un trapeador. Cuando llegamos era puro lodo, compramos el agua para poder lavar nuestras casas porque las pipas entraban luego luego se acababa el agua, nosotros no alcanzábamos porque vivimos hasta el final”.


“Nos cobraran 50 pesos lo que llenáramos, yo nada más llenaba 2 barrilitos que me prestaron, no tengo en qué aparar agua, ahorita ya aparé de la llave y le voy a echar cloro. Ya lavamos la cosas y ahorita estoy revisando mis cosas, unas las estoy tirando, ahorita apenas estoy echando fuera”.



Doña Teresa perdió todo, pero hay dos cosas que anhela con urgencia: un colchón para que su esposo pueda regresar a su casa porque con las colchonetas que les regalaron no puede dormir; y 3 mil pesos para pagar el semestre de su hijo que estudia mecatrónica en el Tecnológico de Celaya y que no pierda el semestre, y si es posible una computadora, aunque sea usada pero que le permita realizar sus tareas.



“Esperamos que nos den por lo menos los colchones para venirnos, tengo mi esposo discapacitado tuvo fractura de cervicales, tiene que estar en una cama completamente plana así que no me lo puedo traer, ahorita estamos en Juan Martí con un familiar”.



“Nos hacen falta los colchones, no sé si la estufa va a funcionar y ahorita para la escuela de mi hijo que está  estudiando mecatrónica en el Tecnológico, se le dañaron sus computadoras, necesitamos un apoyo para pagar el semestre que es el que está en riesgo de perder, cuesta alrededor de 3 mil pesos en el Tecnológico de Celaya, estamos a punto de que pierda este semestre y pues una computadora aunque sea usada pero que pueda continuar con sus tareas, para nosotros es lo más importante que no pierdan sus estudios”, expresó.



Doña Teresa informó que en los censos que levantó el gobierno ya informaron de sus pérdidas materiales y de sus animales muertos.
“Ya reportamos todo pero no sabemos si va a haber respuesta porque hace 15 años nos pasó lo mismo, hicimos el censo y no pasó nada”.



Por lo pronto buscará si existe alguna persona que pueda limpiar su máquina de coser y continuar con las costuras.  



María Ramírez, habitante de la comunidad de la Luz comentó que todavía tienen las calles de la comunidad muy sucias y que las personas que tienen casa con planta alta pudieron resguardar sus cosas, pero el resto, entre ellos su abuela perdieron todo.



“Mucha gente tiró sus colchones, muebles, ropa, nos dieron una colchoneta y despensas y yo digo que en las colchonetas se duermen. Mi abuela perdió todo, sacó ropero, cama, el refrigerador también estamos esperando que le prenda a ver si funciona, pero si se perdió todo sala, todo”.



Gabriel Sánchez atiende una herrería en la comunidad de El Ciuje, comentó que trataron de resguardar sus herramientas, pero desde ahí, a la puerta del negocio se observan las siembras destrozadas, los refrigeradores, salas y sillones al rayo del sol, esperando que se sequen y puedan servir. 



“Mucha gente tiene secando su refrigerador y sus estufas a ver si vuelve a jalar, según están haciendo una encuesta para ver si nos van a dar algo pero todavía no nos dan nada, y supongo que nos van a dar basura está mal dicho pero nos vienen a traer mueblecitos de aglomerado, es prácticamente basura, para recuperar lo perdido es un gasto, trabajar más y es un gasto, es lo que más había en la calle tirado: colchones, ropa, muebles, mucha gente no creyó que el agua le fuera a subir a sus casas y no previno, hay gente adulta que en la madrugada les llegó el agua y no alcanzaron a sacar nada”.

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